Ocasiones.

     Hay ocasiones... En las que una persona necesita desahogarse, necesita pensar que mediante lágrimas, palabras, o risas sin razón alguna, puede liberarse de eso que lleva dentro.
     Hay ocasiones... En las que uno sería capaz de tirarse al suelo y pasarse ahí muchas horas, porque hay ocasiones... En las que las fuerzas se agotan, en las que nadie puede ayudarte, en las que nadie es capaz de fijarse realmente en ti, porque al fin y al cabo... Son solo ocasiones.
     Las personas tendemos a quedarnos con lo que vemos, no con todo cuanto guardan las personas. Tras una sonrisa, no siempre habrá una sonrisa, y tras una lágrima... Pueden haber miles como ella.
     ¿Tú misión? Quien sabe... El tiempo sigue pasando y no espera a nadie, y las oportunidades pasan, y no vuelven, y tachamos días en los calendarios, que nunca volverán, y no somos capaces de entender que hay ocasiones... En las que uno debe descansar. 

Confía.

     No sé si mañana lloverá, ni si podré hablar mañana contigo, no sé ni la mitad de lo que creo saber, pero así somos... creyentes de lo inexistente, para darnos seguridad y confianza en todo momento.
     Y llega un día, en que alguien te dice que confíes en que todo saldrá bien, que lo creas... que él te va a ayudar, y tú... Llevando toda tu vida a base de creer la realidad para evitar sufrir, te debates entre el sí y el no. No te puede dar una nota que ponga que dice la verdad, no te puede decir que no vas a sufrir, ni convencerte de que valdrá la pena, porque ni si quiera sabéis si hay una meta, si hay un fin para ese "saldrá", algo futuro... ¿Hasta cuándo? Ni si quiera eso te lo puedo contestar...
     ¿Y qué haces? Pues una de las cosas más complicadas para las personas, una cosa que puede que duela, o puede que te haga sonreír, que en ocasiones se tambalee esa fuerza, o que sientas que sea cuando sea... Saldrá bien, ya que lo único que puedes... Y tienes que hacer... Es confiar.