martes, 19 de marzo de 2013

Muñecos de cristal.

     Sigue pasando el tiempo, porque el tiempo no para, no se detiene. Ahí estás tú esperando a que eso ocurra, a que se detenga, sea en el momento que sea, pero poder vivir sin controlar el tiempo, las horas y los minutos, aunque solo fuese por un día. 
     Todos nos caemos, todos creemos ser fuertes, pero somos de cristal, al mínimo movimiento podemos rompernos, nos agrietamos de tal manera... Que nada puede volvernos a construir, y supongo que mientras el tiempo pasa más grietas tenemos. Que se pare, que el tiempo se detenga para poder intentar recomponernos, para poder encontrar algo que nos ayude.

     Igual... Todo se rige por algo, es decir, puede que el tiempo no se pare porque eso es lo que necesitamos. Sigue pasando, sigue sin detenerse, y encuentras a personas que olvidan las grietas, que aunque sea imposible coser el cristal... Es como si ellas lo hubiesen hecho, no las recuerdan, no se preocupan por ellas, y quizás es porque no están solas, todas ellas van de la mano con alguien y sonríen sin parar, es extraño, no son capaces de estar menos de 2 minutos sin sonreír. 

     Quizás... El tiempo tenga la razón, y no puede que no sea tan cruel a como pensábamos, porque las cosas siempre pasan por algo. Olvida las grietas, porque mientras más pienses en ellas, más rápido corre el tiempo.