miércoles, 20 de octubre de 2010

Un Avión.

     Y aquí me despedido de ti, y aquí te doy las gracias por todos los bonitos recuerdos que tengo junto a ti, aquí quiero agradecerte el haberme sonreído cada mañana, el haberme dado una esperanza para el siguiente día, aquí... lo dejo todo.
     Una historia es algo bonito, es algo que queda en un recuerdo que contar, algo que nos ha ayudado a aprender, una historia es un sueño, es una posibilidad de aprender a ilusionarte, de saber lo que es sentir un hormigueo, unos nervios diferentes... es saber lo que es llegar a sentir algo por otra persona, el sentir que poco a poco se vuelve más importarte para ti, que poco a poco no importa ni el dónde ni el cuándo mientras él esté, que ya da igual lo que digan o piensen los demás, ya solo importa lo que diga él...
     Todo acaba, todo hay un día en que sabemos que no hay marcha atrás, en que sabemos que es hora de seguir caminando y dejar ese avión de papel en el camino, ese avión que lleva miles de recuerdos consigo, miles de sentimientos que ahora tan solo quedan en un avión aterrizado en el suelo. Cuando alguien lo vea o lo recuerde, no lo recordará como un avión que estuvo en el suelo, todo lo contrario, recordarán ese avión como el que más voló y el que supo que era posible soñar con nubes de algodón... Ahora ese avión está detenido en el suelo, está abandonado por muchas razones, pero ese avión aprendió a volar en su día... seamos realistas, tan solo es un avión de papel, ¿cuántos podrás hacer como ese? Cierto... no muchos más, ese avión voló lo más arriba posible, y muy complicado será que el siguiente sepa hacer eso, pero... lo intentará, el siguiente avión intentará llegar a lo más alto por verte sonreír desde lo más bajo.
     Te queda un largo camino que recorrer, un camino donde verás aviones volar, donde quizás eches de menos el primer avión, pero también puede que recuerdes que ya era hora de que dejase de volar, ese avión se sostenía por tus manos, y todos los que están a tu alrededor vuelan por sí solos, ahí hay algo que falla...
     Puede que tú no quisieses dejar ese avión, puede que te haya costado miles de noches decidir que era lo mejor, que eso era lo correcto, pero... mira hacia delante, ¿qué ves? Lo sé, un largo camino, un camino que no sabes lo que traerá consigo, un camino que tendrás que hacer a pie sola, pero ¿quién sabe? Quizás un día alguien se cruce contigo, quizás no recuerdes que puedes mirar hacia atrás, porque... ya no hay marcha atrás.
     Conclusión: Tenemos un ayer y un hoy, un ayer donde aprendiste, donde supiste que no tienes que sostener las cosas solas, un hoy donde ves que las cosas vuelan por sí solas, un ayer donde lloraste por primera vez, un hoy donde no te permites llorar, un ayer... que tan solo es un ayer, y un hoy que no sabes lo que podrá ser.
     No pienses en aquel avión de papel, en aquel pequeño detalle que era un mundo para ti, no creas que no volverás a volar, no pienses que todo acaba ya, porque siempre que algo acaba... algo nuevo comienza, y no olvides que después de todo, no hay marcha atrás.

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