domingo, 21 de noviembre de 2010

La Muerte.

     Muchas personas temen aquello que les es desconocido, aquello que se ha advertido que existe pero que no se puede explicar, algo que nos ha arrebatado a personas que hubiésemos dado la vida por ellas, que nos hubiésemos intercambiado los papeles por estar en su lugar, por saber que está a salvo.
     Unos la miran como un personaje, unos tiemblan cuando escuchan su nombre, otros creen que es cosa del destino, que no se puede remediar... Yo no la conozco, yo nunca he visto la muerte en persona, pero sí de lejos, y también en personas por las que hubiese dado mi propia vida, la he visto actuar, la veo alejando a personas de mí, la veo llevándoselas a otro lugar, intercambiándolas y obligándolas a olvidar quiénes son. He podido sentir la impotencia de querer luchar contra algo invisible, contra algo que actúa desde la sombra, algo que me resulta incontrolable, algo a lo que le da igual la edad o la vida que hayas tenido, cuando decide que debes marcharte, que te debes ir con ella, no importa nada de ti, ni tu nombre, ni tus amigos, ni tu familia, tan solo eres una más que a ella se le ha antojado llevarse, pero de lo que ella no se da cuenta es de que no solo se lleva a una persona... cuando se lleva a esa que ha elegido, aquí, en la realidad mueren muchas otras, mueren muchas que pertenecían a esa que ella quiso llevarse, mueren las que lucharon contra la muerte, mueren las que hicieron lo posible por retener a esa persona, muere la que la busca y no la encuentra, aquella que se hubiese ido con esa persona, aquella que... sufre como si estuviese muerta, como si nada tuviese sentido, como si la vida tan solo se basase en esperar a que la muerte decida llevársela consigo...
     Pero... no le tengo miedo, jamás podrá obligar morir a nadie, porque ella tan solo los mata de una manera. Existen dos muertes, la primera, cuando tu corazón deja de latir, y la segunda, cuando se olvida tu recuerdo... y eso ya no depende de la muerte, eso ella ya no lo controla, lo controlas tú, ella no es más fuerte que tú, ella es algo que está ahí fuera, que está escondida esperando a que flaquees, deseando verte sufrir, ella no te conoce, y tampoco quiere hacerlo, a ella le da igual lo que hagas, porque solo sabe que algún día te irás con ella, algún día ella te obligará a marcharte, y quieras o no deberás irte...
     No le temo a la muerte, temo a los que la muerte decida llevarse, temo morir estando viva, y temo y acepto que nada depende de mí. La muerte es algo que está ahí, que sabemos que nunca descansa, no le temas, se hará más fuerte que tú, cuando ella te llame no mires atrás, tan solo debes pensar que volverás con los que ella te robó un día, que volverás con aquellas personas por las que hubieses dado la vida, y que después de todo... tú has hecho que ellas sigan vivas.

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