domingo, 28 de noviembre de 2010

Marchar.

     Y algún día el mundo entero me escuchará, algún día alguien tendrá en cuenta mi opinión, llegará ese día en el que ya no importe esa persona más, ese día en el que me pueda ir sin volver la vista hacia atrás, ese día en el que me despertaré con la misma sonrisa con la que anochecí, un día en el que mis lágrimas tengan importancia, en el que mi vida valdrá para más de uno, el día en que se acaben los gritos, los portazos, la esperanzas de que todo acabe, un día especial en el que mi sueño se haga realidad, en el que Sí importe el dónde y el cuándo, ese día en el que gritaré que todo valió la pena por llegar a ese momento, un día en el que no se me tache de cobarde, el día en que no tendré que huir, tan solo me iré caminando muy lentamente, pero con la idea de lo más importante... que me iré.
     Conseguiré ese sueño infinito, conseguiré esas intensas ganas de ganar, esa ilusión por sonreír, esa alegría de volver a empezar, esas ganas por contar miles de historias, esa fuerza por formar parte de algo o de alguien, de que no esperen un 10... sino que vean que tú vales más que ello, aunque no lo consigas, el día en que el esfuerzo valga más que el resultado, que vuelvas a volar... y que comiences de nuevo, tu nueva vida.

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