Sí.

     ¿Y si tuvieras la oportunidad? ¿Y si solo tuvieras un segundo para contar la verdad, para demostrar que es posible? Porque llevas tiempo pensándolo, llevas mucho tiempo dándole muchas vueltas, y siempre es la misma conclusión, siempre la misma. Porque por mucho que tropieces siempre es el mismo el que te levanta, sin estar o estando, pero siempre es él. Porque darías tu alma, tu fe, tus alegrías y tus sueños por el mismo de siempre. Porque puede que haya sido el mismo desde hace poco tiempo, o quizás desde hace años, pero no lo recuerdas, ahora es el mismo para ti, ahora para ti siempre ha sido el mismo, no recuerdas a más, no quieres a más.
     ¿Y sí...? Solo plantéatelo, solo piénsalo, solo confía en que puede ser, y será, solo dilo en voz alta, sé consciente de la realidad, olvida ese pensamiento y grítalo en voz alta, y hará darte cuenta que ya no forma parte de un mundo de ideas o pensamientos, sino que ahora esas palabras quedan grabas en este mundo, en el de verdad. 
     ¿Y si fuera él? ¿Y si lo estás dejando escapar o y si estás callando por... nada? ¿Y si lo pierdes? Y sí... cómete la cabeza, porque probablemente valga la pena, no digas no sé, no digas que a lo mejor, no digas que no es posible, porque debes llegar a una conclusión, debes responder a todas estas preguntas, pero no olvides que ¿Y sí... ¿Por qué no?