lunes, 20 de diciembre de 2010

Alguien.

     Un día como otro cualquiera, una mañana como muchas otras, el mismo sol de cada día, la misma sonrisa de tu día a día, el mismo consejo, la misma ilusión, el mismo momento inédito, el repetitivo chiste malo, todas y cada una de las miles de cosas que se repiten en tu día a día, pero llega un día de un mes cualquiera, un día en que algo se descoloca de la normalidad, algo que te asusta y te sorprende por no ser lo mismo que los otros días. Llega alguien, alguien misterioso que te mira, alguien del que te sorprende su manera de ver la vida, su manera de ver de los problemas una motivación, de cómo de una lágrima... consigue una sonrisa, una persona que sale de la nada, que puede que siempre haya estado ahí, pero que tú nunca quisiste verla, o puede que todo lo contrario, puede que sea una persona nueva en tu vida, y que quizás por esa razón te llame tanto la atención, una persona que se diferencia de las demás, una persona especial de las demás, y ante todo alguien que ha aparecido, que te llama la curiosidad y que te grita que debes arriesgar, que debes sonreír, que debes gritar, que debes ser quien te de la gana ser, que te olvides la vergüenza, de las normas, de las órdenes y de la educación, que por un día hagas lo que te plazca donde te plazca, para que durante un día te sientes libre y viva.
     Y en un día como otro cualquiera, aparece alguien, alguien que cambiará... tu forma de ver la vida.

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