jueves, 30 de diciembre de 2010

Sin Prisa.

     Quiero el cielo, quiero el mundo, quiero miles de sonrisas, quiero un beso perfecto, quiero... quiero...
     Podría escribirte miles de cosas que quiero, una y un millón que tengo pensadas conseguir, y tú podrás pensar que de una y un millón tan solo conseguiré dos, pero me da igual lo que pienses, quiero esto, y no me puedo conformar con otra cosa, voy a esperar, voy a luchar, voy a soñar con lo que quiero. ¿Por qué no me voy a conformar? Te preguntarás tú... pues yo te voy a ser muy sincera, porque un día lo hice, y cuando llegué a rozar lo que realmente quería, me di cuenta que de nada valía conformarse con algo, porque eso no es lo que quieres, eso es lo único con lo que te conformas, y en lo más profundo de tu corazón, sabes que algún día llegará o querrás ir a buscar lo que tanto quieres,  aquello que buscas en las calles, que deseas encontrar en las esquinas, que se asoma por tus sueños.
     Lo sabes, sabes que llegará el día en que encuentres esa mirada que todo lo dice, ese abrazo que todo lo calla, ese beso inesperado que tanto pides a gritos, y tristemente ese día te darás cuenta que con aquello con lo que te has conformado no ha valido de nada, te has conformado con algo para... ¿un bonito recuerdo? Podrías tener miles con otras personas, pero bueno... quizás algunas personas aprendan a que las cosas llegan en el momento menos esperado, sin calcular, un día cualquiera a cualquier hora, y ese día será el mejor de todos, porque podrás decir que la espera merece la pena, que aquello que querías ahora puedes conseguirlo, y que después de todo... no hay prisa.

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