sábado, 1 de enero de 2011

Despertar.

     Tú me has demostrado que los sueños se hacen realidad, tú me han enseñado que se puede querer aquello que no se ve, contigo he vuelto a ser niña, contigo he deseado la eternidad, a tu lado he jurado un “para siempre”, contigo y solo contigo comencé a creer en lo imposible, tú me has gritado quién soy, contigo he aprendido a querer, he aprendido a olvidar lo insignificante para que tú ocupases toda mi mente, contigo no quise ni más libros ni más páginas, con tu mirada supe lo que era el cielo, con tus caricias juré lo infinito, y… cuando pensé todo esto, cuando me di cuenta de todo lo que he aprendido a tu lado, desperté.
     Pero desperté con algo en la mente… algún día te encontraré, porque la imaginación puede traicionarte, pero no tanto… tú estás ahí, en algún lugar del gran mundo que nos rodea, quizás estés en la habitación de al lado, o puede que estés esperándome en la otra punta del mundo, pero lo único importante es que estás ahí… en algún lugar pidiéndome que siga creyendo en lo que no veo… pero en algo que algún día tendré, y por ello vale la pena que espere toda mi eternidad, tan solo por tenerte un minuto junto a mí, un minuto en el que te contaré todo lo que he aprendido gracias a ti, un minuto que valdrá la pena por todo, un minuto en el que… veré aquello en lo que tanto he creído hecho realidad.

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