domingo, 2 de enero de 2011

Promesa.

     El mundo entero se detiene, tienes la gran oportunidad de formar un momento congelado, de hacer de la nada un todo, y después de tanto tiempo... lo consigues.
     Conoces a alguien, a alguien especial y diferente a los demás, una persona que además de sonrisas, lágrimas, caricias, además de todas esas cosas, te aporta algo inigualable, te aporta Una Promesa.
     Palabras... algunas se las lleva el viento, y otras pocas quedan grabadas en tu mente, grabadas por una razón especial para ti, porque a pesar de que no lleguen a formase, a pesar de que no lleguen a demostrarse, a pesar de todo eso... se dijeron, salieron por la razón de algo, y eso no lo puedes olvidar. 
     Una Promesa queda grabada en tu mente, queda escrita en tu vida, una promesa es algo valioso y eterno, es... algo con lo que se tiene toda la vida para hacer realidad, con ella no hace falta la vista, ni el tacto, tan solo hace falta tu corazoncito, ese que aunque pasen los días, los meses o los años, nunca pierde la esperanza de que aquella promesa se haga realidad, aunque las cosas cambien, aunque consigas estar a 2000 kilómetros de esa persona, la promesa es eterna, la promesa te perseguirá el resto de tu vida en lo más profundo de tu corazón, y quizás y solo quizás puede que llegue el día en que esa persona que prometió vuelva, y pregunte... ¿La recuerdas? ¿Recuerdas aquella promesa? Y tendrá todo el derecho a mostrártela, a recordarla contigo, porque tu alma, tu mente o lo que quiera que sea, no ha podido olvidarla nunca, has estado tiempo sin darle importancia, tiempo prometiendo otras cosas, o tiempo escuchando que te prometían otras cosas, pero esa persona vuelve para hacer su promesa realidad... porque ese alguien sabe que su promesa está escrita, y es hora de cumplirla.

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