sábado, 22 de enero de 2011

Murphy.

     Apartas la vista del ayer, y echas una pequeña visión al hoy, descubres que no estás sola, que alguien se está asomando por tu vida, no sabes si es por casualidad, o si solo le pica la curiosidad, pero esperas, te sorprende querer quedarte allí, sentada en cualquier lugar a cualquier hora, esperando a que vuelva a asomarse. Ves a la gente pasar, crees que no llegará, que... pasó y se marchó, y entonces recuerdas que siempre es lo mismo, siempre crees que te encontrará, siempre sueñas con que aparecerá, y... ¿por qué no salir a buscarlo? 
     Abres los ojos, sientes que estás perdida, pero no te preocupa... porque también sientes que él está cerca, puede que no sepas quien es, puede que solo te haya llamado la atención el pequeño detalle de verlo de lejos, pero algo te incita a buscarlo, a saber qué ocurre si lo conoces, qué pasará si sabe quién eres, puede que todo acabe en un banco esperando a otra persona, o puede que... haya valido la pena salir en su busca. 
     En esta vida, las cosas nunca se saben si no se intentan, ¿qué pueden salir mal? Claro que pueden, es más según un estudio con la Ley Murphy, si algo puede salir mal... saldrá mal, pero siempre vale la pena intentarlo, por el simple hecho de vivirlo, de tener algo que contar, de experimentar una nueva experiencia, y sobretodo de descubrir si fue lo correcto salir del aquel lugar, si vale la pena correr tras algo cuando... tu corazón te lo pide. Así que... yo no conocí a el Murphy ese, pero me da igual, intentaré todo aquello que vea por el simple hecho de poder decir, que no todo sale siempre mal, porque también si algo puede salir bien... quizás y solo quizás saldrá bien, pero con ese quizás, vale la pena intentarlo.

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