viernes, 18 de marzo de 2011

Cierto.

     Lo admites, cierras los ojos y te das cuenta que... tus amigas, tus padres, incluso tus compañeros tenían razón. No lo has olvidado, no has sido capaz de quitarle importancia a sus buenos días, no has conseguido evitar preguntarle qué iba a hacer el fin de semana, no has logrado olvidar su linda sonrisa, ni sus risas, ni si quiera el rostro que pone cuando algo le hace enfadar, odias tener que admitirlo, pero... es cierto.
     No has podido cumplir lo que te prometiste, ser su amiga... te ha sido imposible, no podías preguntarle que tal todo cuando solo querías decirle que contigo todo le iría bien, no podías preguntarle por los planes de la semana porque deseabas que fuesen contigo, pero... tampoco lo has gritado, tampoco has reconocido que es así, por la simple razón del temor, del que no sea lo mismo, del que sigas haciendo un todo de la nada, o de que simplemente te ocurra lo mismo que otras veces.
     Da igual, no puedes tirarte a una piscina vacía, debes esperar a que se llene poco a poco, como si tarda 600 días, si crees que vale la pena, espera, porque te prometo que llegará, toda espera... tiene su recompensa.
     Vida... muy corta, no pierdas el tiempo, no te quedes sentada esperando ver cómo la persona que quizás puede ser tuya... se marcha con otra, no malgastes lágrimas por algo que alguien no sabe, prepárate, habla con él, sonríele, pícale, juega, llora si tienes que llorar, confía en él, y sobre todo... Ilusiónate.

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