Estás como a unos... 3 metros sobre el cielo, de los errores, de las lágrimas, has aprendido a llevar siempre un arnés a tu lado, y llevar un paracaídas para preparar la caída, pero esta vez algo es extraño... sonríes y tiras todo eso al aire, sigues subiendo, sigues alcanzando metro tras metro, alguien te ayuda, en el fondo sabes quién es... en el fondo aunque esa persona no te vea, aunque no se de cuenta de todo cuanto te hace subir, te ayuda, bueno... depende de como se mire ¿no? Tú claro que quieres subir... el problema es que por las experiencias sabes que todo cuanto sube, baja, y eso no lo quieres, no quieres llegar a la cima y darte cuenta que solo tú estás ahí, que no había nadie acompañándote, o peor... que esa persona si ha subido, claro que ha llegado hasta la cima, pero de la mano de otra persona que no eres tú. Ese momento no es muy agradable, te sientes una idiota, sientes que te tirarías al vacío sin pensarlo, pero no puedes evitar tener una mínima esperanza, puede que sea por la razón de que esa persona alguna vez que otra se da la vuelta para mirarte, pero esa es la cuestión, alguna vez que otra... eso significa que hay una vez, y a ti tan solo eso te hace querer y desear quedarte a esa altura, sin bajar al mundo real, y... ¿qué más da?¿La vida no son caídas? Sí... porque significa que has volado, que has sobrepasado los límites del cuerpo humano.
¿La vida no es dolor? Sí... porque sonreíste y fuiste feliz.
La vida es una estación de tren, pocos pasan... y si crees ver una luz de lejos, si crees aunque solo sea un poco que esa luz significa que un tren te espera, corre... corre contra él si es necesario, colócate en medio de las vías del tren, pero páralo, porque puede que sea el tuyo... ¿Qué no lo es? No podrás lamentarte de no haberlo intentado, y las cosas con solo intentarlas... Valen La Pena.
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