miércoles, 29 de junio de 2011

Dudas.

     He recorrido cientos de kilómetros para llegar hasta aquí, he reído y llorado tantas veces a como me he despertado, he dudado una y otra vez, he escogido una cosa y después de arrepentirme volver a hacer lo mismo, también he imaginado el momento en que las cosas saliesen... de otra manera, he callado lo obvio, he ido y vuelto al mismo sitio, he negado mis fallos una y otra vez, he coloreado un papel en blanco sin saber qué hacer, y he sabido que las sumas no siempre son ciertas.
     Dudo... sí, y ¿qué? La duda nos hace diferentes, porque no nos da razones para dudar, o quizás sí, pero dudamos porque algo no tenemos claro, bueno algo sí... que dudamos, y el hecho de dudar por algo significa que te importa, y que bajo toda esa calma... estás deseando saber algo.
     Creo que no... en realidad no quieres una respuesta, en realidad no estás deseando saber que si tiras una piedra al agua se hundirá, ni que si saltas volverás a tocar el suelo con los pies, porque la duda de creer que eso no es así, la duda de una cosa u otra, de un día, una hora, una persona... u otra, hace que las cosas sean interesantes, hace que algo por lo que debes elegir se deba esforzar para darte razones... para no dudar. 
     Mira... duda hasta de que dudas, en serio... la duda consigue nervios en tu estómago, y es normal que dudes, ¿cuál es la razón para no hacerlo? Desde que estés seguro en algo... ya perderá esa pequeña y dulce chispa, y con el tiempo pues quizás dejes de dudar en que Quieres a una persona con toda tu alma, en que Quieres estudiar esa carrera, en que Quieres ponerte esa camisa tan bonita de cuadros, pero... no te preocupes, solo será por segundos, después de eso seguirás siendo tal y como eres, y al igual que yo y al igual que todos... con lo que tan especial hace las cosas... Tus Dudas.

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