lunes, 13 de junio de 2011

Tu Libro.

     ¿Y qué si no te he olvidado? ¿Y qué ocurre si te he recordado día tras día? ¿Pasa algo si llevo años viviendo de tu recuerdo? ¿Pues sabes qué? Que no me importa, no me importa nada en absoluto.
     Lo intentas, realmente lo haces, pero el tiempo pasa... y no quieres saber absolutamente nada del mundo que te rodea, solo estás dispuesta a quemar un libro, o borrarlo del mapa y ponerte a buscar otro con rapidez, lo entierras en lo más profundo de la tierra, pero eres consciente que por cada paso que das... es como si estudiaras el camino para volver y desenterrarlo, buscaste otro libro y lo encontraste... pero no te gustaba lo suficiente, fuiste cambiando pero todos tenían pegas... en la que todos coincidían es que no eran como el primer libro que enterraste.
     Pasa el tiempo y aceptas que no quieres libros, que puedes vivir sin leer y sin escribir en la vida, que tan solo vas a quedarte sentada viendo como todo ocurre a tu alrededor, y lucharás por aquello que valga la pena, algo que se asemeje al primer libro de todos.
     Con el tiempo decides que ya estás preparada para desenterrar el libro, que ya nada significa y que es hora de colocarlo en la estantería, será el primer libro de todos que coloques con una sonrisa y una lágrima unida... pero por el camino de vuelta a casa, quieres leerlo, quieres recordar por milésimas de segundos aquellas sencillas cosas que te causaban ilusión, sueños, sonrisas... aquellas pequeñas pero inmensas cosas que conseguían que te levantases en la madrugada, que conseguían que fueses una tremenda cotilla o que lo demás dejase de tener importancia para ti, y ahí está tu error... lo lees... lo vuelves a leer creyendo que las cosas han cambiado, creyendo de verdad por momentos que... no querías leer, pero... es tan bonito, son tan únicos esos puntos y esas comas, que te preguntas el por qué no pudo ser, el por qué las cosas tuvieron que salir así... pero vuelves a cerrar el libro, prometiste que nunca volverías a preguntar aquello, que jamás darías vueltas en un mismo círculo.
     Te das media vuelta... observando el hueco donde estaba enterrando, siendo consciente que enterrándolo tan solo le dabas la suficiente importancia para no querer recordarlo y recordarlo aún más, y miras el camino hacia tu casa... te sientas y colocas el libro justo en frente de ti, sin saber que hacer, tan solo con dos caminos que llevan al mismo destino... Tu Libro. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario