Tenemos una de las primeras normas, haz todo cuanto quieras, ríe y llora al mismo tiempo si te apetece, canta y baila en medio de la calle, escucha lo que nadie quiere escuchar, pon la música lo más alto que puedas en tu habitación y grita como tú sabes, deja de decir que quieres ponerte a dieta, vete a la tienda más cercana y cómprate todo cuanto quieras, helados, ésas golosinas que tanto te gustan, donuts... todo, disfrútalo como se merece, deja de dejar que personas se alejen de ti porque tienes la intuición de que te harán daño, no seas tonta y vive el momento, si sufres sientes... y si sientes vives, así que no tengas miedo.
No tengo segunda norma, ya puedes ver que son muchas seguidas, pero mi segunda norma será esa, no tener más normas, no escuchar nada de lo que te digan los demás, pensar en lo que nadie piensa, sentarte en medio de la carretera a escuchar tu canción preferida, saltar desde el borde de cientos de piscinas sin miedo al dolor de la caída, ¿qué más da? Salta y disfruta de ello, camina descalza por la lluvia, por favor... dile que lo quieres, no pierdas el tiempo porque cuando sea tarde ya no habrá nada que hacer, así que deja de leer esto y llámalo o queda con él o... no sé, pero díselo, besa a ese niño que dice que está enamorado de ti, ríete sin motivo, píntate las uñas en medio de una clase, conduce un coche sin tener el carnet, cuélate en una fiesta, túmbate en el primer césped que veas, haz una ronda de chupitos con el motivo de... ser feliz, de que esos momentos nunca acaben.
Lo siento, dije que no iban a haber más normas, me equivoqué, bueno esa es otra norma... equivócate tanto como puedas, pero mi tercera norma es la más complicada de todas, tendrás que hacer un gran esfuerzo, ahí va... Sé Feliz, Siempre.
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