miércoles, 7 de diciembre de 2011

2 caminos.

     Detente, deja de pensar, hablar o de hacer lo que estés haciendo, piensa por un segundo en un momento ¿vale? pero un momento... especial, importante para ti. 
Imagina dos caminos, ninguno mejor que otro, ninguno correcto o incorrecto, tan solo dos caminos por los que vivirás y sentirás cosas distintas por unas u otras personas, no te intento hacer ver lo que puede ocurrir en cada camino, intento hacerte ver que debes escoger un recorrido.

     Ella escoge el de la izquierda... no lo tiene claro pero no le importa, tan solo sabe algo: quiere que él esté a su lado sea en el camino que sea, no escogió el de la izquierda porque le gustase más o por mera intuición, escogió ese imaginando que él haría lo mismo, que él mirándola de lejos escogería el mismo camino para ayudarla a encontrar la meta o salida, para avisarla de los tropiezos que pudiese tener, para... hacerla feliz, pero ella suele cometer errores, y en esta ocasión fue creer que sucedería eso.
     No lloró, no sintió miedo, ni si quiera quiso volver la vista atrás para ver si él estaba ahí, lejos... pero ahí, ella tenía tan claro que su vida estaba con el que sabía que sus caminos se volverían a encontrar, quizás en ocasiones ella tuviese que ir más despacio para que él la alcanzase, o quizás todo lo contrario, pero... daba igual mientras ella lo sintiese cerca, mientras ella supiese que él no se había marchado. 
     Sin embargo... me equivoco al creer que sonríe porque confía en él, al creer que es feliz caminando esperando que él agarre su mano pero sola al fin y al cabo, porque ella ahí donde la ves tan solo siente el mayor miedo de su vida a darse la vuelta... y descubrir que él no está.

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