lunes, 2 de julio de 2012

En cualquier lugar.

     Suena el reloj, todas las personas se levantan para despedirse de ti, tú no entiendes muy bien todo lo que está pasando, pero algo te dice que tienes que irte. 
     Que no quieras, no significa que no tengas que hacerlo, por mil y una estúpida razón que te llevarán a dos o tres razones lógicas. Sientes que vas a perder todo cuanto has encerrado en una pequeña caja, amigos, familia, recuerdos... Pero tú te empeñas en intentar encerrarlos a todos en una pequeña maleta de vieja, te empeñas en llevarte 500 fotos para no olvidar nunca lo que pierdes durante un tiempo.
     Lo que te preocupa no eres tú, sino ellos, porque igual tú sí que los encierras en esa maleta, pero ellos no se marchan... Y ante tu ausencia puede llegar la costumbre de estar sin ti, y poco a poco... que no seas más que un recuerdos, un bonito y hermoso recuerdo del pasado.
     No te preocupes... Te dice algo por dentro, todo va a salir bien... Y si pierdes, ganarás, porque no abandonas algo, sino que otro algo te pide, te necesita y lo necesitas aunque no lo entiendas en ese momento. Y ahí estás tú, con tu pequeña maleta de viaje... recordando a cada segundo tus mejores momentos vividos, para no olvidarlos nunca... Vayas a donde vayas. 

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